¿Qué es la edad ósea?

El ritmo de maduración es algo individual, de manera que no siempre van paralelos la edad cronológica (EC) y la maduración biológica, estando regulado por una compleja interacción hormonal.

Actualmente el único indicador que permite reflejar la edad biológica, es la edad ósea (EO).

La EO muestra la maduración del esqueleto en un momento dado. No necesariamente tiene que coincidir con la edad real o cronológica del niño. La edad ósea puede estar adelantada, retrasada o coincidente con la edad real (cronológica), pero una diferencia de más de un dos años entre una y otra puede indicar que hay un problema de crecimiento.

Los niños crecen gracias al cartílago de crecimiento que se halla en todos sus huesos. Dicho cartílago va calcificándose y cuando todo éste cartílago se ha calcificado dejan de crecer.

¿Cómo se estudia?

La forma más habitual es con una radiografía de la mano. Siendo un procedimiento seguro e indoloro que utiliza una pequeña cantidad de radiación. Se hace de la mano no hábil por la gran cantidad de huesos que hay en ella, cada uno con su cartílago de crecimiento.

La radiografía se realiza sobre la mano «no hábil» con el fin de visualizar los huesos del paciente, el médico comparará la radiografía obtenida con imágenes de radiografías de un atlas estándar del desarrollo óseo normal construido con las imágenes de otros niños del mismo sexo y de la misma edad. La edad ósea se mide en años y meses. El atlas más utilizado es el de Greulich y Pyle.

¿Cuál es su importancia?

El estudio de la EO puede ayudar a evaluar cuán rápida o lenta está madurando el esqueleto de un niño/a, lo cual puede ayudar a los médicos a diagnosticar afecciones que retrasan o aceleran el crecimiento y desarrollo físico, así como controlar la evolución y guiar el tratamiento de los niños con enfermedades que afectan el crecimiento.

Este estudio generalmente lo solicita el pediatra o el endocrinólogo infantil.

¿Cuál o cuáles son las causas por las que un niño/a puede tener alteración de la EO?

La EO está retrasada en niños con retraso constitucional del crecimiento y desarrollo, pequeños para la edad gestacional (hasta el momento de la pubertad, donde a veces hay un pequeño acelerón), déficit de hormona del crecimiento (GH), síndrome de Turner, hipotiroidismo y otras enfermedades crónicas (insuficiencia renal, enfermedad celiaca o enfermedad pulmonar crónica, etc) que retrasan la edad ósea.

Ante la sospecha de alteración en el desarrollo de la EO, ¿qué se debe hacer?

El pediatra es el profesional que se enfrenta inicialmente a este tipo de situaciones y debe ser capaz de realizar un enfoque diagnóstico adecuado, diferenciar aquellas variantes normales del desarrollo de las que no lo son, orientar a los padres y al paciente y, en aquellos casos que considere necesario, derivar al paciente a un servicio de endocrinología pediátrica.

Recomendaciones para los padres que tienen un hijo con alteración de la EO.

Se debe trasmitir a los padres y a los pacientes (quienes frecuentemente tienen alteración de la imagen corporal y tienden al aislamiento social) una información veraz sobre la amplia variabilidad normal en el tiempo de la pubertad, las escasas o nulas repercusiones que estas variaciones normales tienen sobre la talla adulta.

Dr. Guillermo A. Fernández
Dr. Guillermo A. Fernández
Diagnóstico por Imágenes Pediátrico (SAP-SARP)
MP 4239
Dr. Martin G. González
Dr. Martin G. González
Esp. En Diagnóstico por Imágenes
MP 7993